La Inteligencia y Poder de los árboles (II parte)

En esta entrada continuamos con el estudio de la inteligencia que existe en el reino vegetal  -especialmente en los árboles-  y como esas características coinciden plenamente con las leyendas y tradiciones relacionadas con el mundo feérico…

fageda den jorda 2

… cualquier diccionario de la lengua castellana, nos definirá a grandes rasgos que el lenguaje es la capacidad para poder expresarse… Visto así, esa capacidad sería reservada para los seres con capacidad de expresarse mímicamente o mediante sonidos, por lo que sería exclusivamente propio del reino animal…. ¿Y qué pasa con los seres del mundo vegetal? ¿Qué pasa con los árboles? ¿No tienen capacidad de lenguaje, por tanto, su comunicación entre ellos sería imposible? ¿Y con el resto de las especies animales y vegetales?

Cuando oímos el murmullo del follaje, este se puede interpretar de una forma expresiva; pero la realidad es que los árboles no intervienen en ello, por tanto es un movimiento pasivo, el cual a pesar de que puede servir para interpretar diferentes señales, no es producto de ningún sistema de comunicación vinculado con los árboles… pero sin embargo la brisa o viento que produce dicho murmullo, contribuye a propagar determinadas sustancias odoríferas que, -al igual que para infinidad de mamíferos- constituye para el reino vegetal un sistema de comunicación más antiguos e instintivos, algo que los árboles también pueden presumir… Volviendo a las hayas como especie arbórea, hay especies herbívoras que rumian con los brotes jóvenes y tiernos, ocasionando la muerte de los ejemplares más jóvenes y poniendo en peligro la continuación de la especie…Para ahuyentar a dichos herbívoros, se envían  sustancias odorativas por el bosque actuando como un grito de auxilio, el cual en cuestión de minutos tiene su respuesta mediante la emisión de substancias repelentes y tóxicas para determinadas especies. Aunque en especial para los insectos. Es decir, al detectar la presencia de merodeadores y a parte del envío de impulsos eléctricos, –mucho más lentos de propagación y por consiguiente menos eficientes desde un punto de vista práctico-  liberan dichas substancias –que, además es adecuada en función de la especie atacante- hace la respuesta mucho más rápida. Incluso algunas especies  -como los Fresnos, Olmos y Pinos- son capaces de reconocer las secreciones y saliva de las especies atacantes, avisando a avispas y abejas –muchas veces habitantes del mismo árbol, en una especie de simbiosis no estudiada todavía-  las cuales actúan, por ejemplo poniendo huevos en las larvas de orugas que están comiendo las hojas del árbol. Al desarrollarse la larva de abeja o avispa, destroza la oruga desde su interior –al más puro estilo de la saga cinematográfica “Alien”-, siendo realmente una muerte muy horrible.

IMG_0321

No obstante, las sustancias odoríferas son diluidas por el viento, por eso en ocasiones no llegan a alcanzar ni tan solo 30 metros… Pero con frecuencia no es necesaria una mayor distancia, ya que los árboles circundantes registran la señal y estos a su vez generan señales idénticas, re enviándolo en cadena por todo el bosque. Además como paralelamente también se envían señales eléctricas por las raíces, se consigue conectar a todos los ejemplares  -a pesar de ser mucho más lento-  por lo que la acción y respuesta ya no depende de las inclemencias atmosféricas.

Algunas de estas substancias se almacenan en la corteza y hojas del ejemplar, haciendo que maten a insectos perforadores o que amarguen substancialmente la posible “ensalada” de hojas –por citar un ejemplo los taninos de las bellotas, corteja y hojas de roble-  En cambio otras substancias resultan provechosas para algunas especies concretas, como puede ser la salicina de los Sauces, mortal para la mayoría de las especies animales, pero sin embargo para nosotros –en infusión de corteza o hoja- actúa como reductor de la fiebre y alivio del dolor de cabeza –de hecho fue el precursor directo de la aspirina-

8457742Master

La comunicación entre árboles y otras especies no debe ser necesariamente por aspectos de carácter defensivo, sino que también se producen señales positivas encaminadas a otras finalidades, como por ejemplo los olores agradables de las flores primaverales, las cuales invitan a las abejas a repostar en las mismas, polinizando a su vez otras flores. Con estos ejemplos podemos ver que existe una comunicación real entre los árboles, en forma de impulsos eléctricos, olores y formas de tipo visual en una amplia gama de espectros pero también mediante la propagación de determinados sonidos. Los estudios de tres Universidades  -Australia Occidental, Bristol y Florencia; Mónica Gagliano del estudio de “Trends in plants sciencie”-   han demostrado que árboles y plantas emiten ondas sonoras en la frecuencia de 220 Hz. Para ello se ejerció sonidos en esa frecuencia y en espacios determinados cambiantes, observando entre otras cosas que las puntas de la hierba común y las raíces de brotes se orientaban a la dirección de la emisión, por lo que eran capaces de “oir” en dicha frecuencia. Quizá esta forma de comunicación sea la clave para entender mejor a los árboles y las formas de poder comunicarse con ellos.

Categorías Mundo Mágico

Deja un comentario

search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close