A raíz del planteamiento filosófico de la percepción de la vida del Ecland, se acusa la necesidad de pertenecer al mundo desde la percepción sistémica de que todo está interconectado, por lo que se realiza una búsqueda personal a fin de aportar al mundo, nuestra contribución para darle forma y transmitirlo a las generaciones venideras, realizando un compromiso vitalicio -siempre por eso en la medida de que queramos comprometernos y hasta donde queramos llegar, dado que la libertad individual en la toma de decisiones transcendentales, forma parte de este respeto hacia la Naturaleza- a en aras de esta contribución. Luego, desde la óptica de las fuentes tradiciones de carácter céltico que han influido en dicha filosofía, nos convertimos en una especie de “héroes y heroínas” … ¿Pero en que consiste el término de la búsqueda realmente?
….consiste en que un “héroe y/o heroína“ es una persona que toma conciencia de su propio camino y de la función que ha de desempeñar en la evolución de la humanidad, haciendo lo que esté en su mano -dentro de la ética mencionada en este apartado del pensamiento- para alcanzar el objetivo de la función que desempeñará. Pero ello no representa que se actué a ciegas o de forma irracional, sino que su primer deber es tener conocimiento de cómo ha de contribuir en la evolución del mundo y una vez adquirido ese conocimiento, iniciar su “búsqueda” particular…
Para definirlo de forma sencilla sería el estado de análisis de una determinada acción y o pensamiento -material o transcendental- que permite ver y aportar conocimiento a nuestro entorno, realizándolos personalmente y a la vez aportando una contribución a la humanidad y a la Naturaleza misma. No hay una regla exponencial que diga cómo, cuándo, dónde y porque realizamos esta búsqueda, sino que nosotros mismos nos regulamos la misma, sabiendo intuitivamente cuando hemos llegado al final de la misma o cuando creemos que debemos de abandonar la misma en aras a otras etapas de nuestra vida, a igual de cual será nuestra contribución... -la experiencia de todos no es la experiencia de uno añadida a los demás, sino que ataña a único ser, puesto que el mundo de relatividades del propio ser es su propia esencia personal y además el mismo ser es autónomo y dotado de libertad- La libertad es determinante con respecto a uno mismo: puedes equivocarte en la toma de una decisión; no tienes certidumbre plena y siempre escogerás el camino que más te convenga en tu búsqueda personal, lugar, tiempo y acción- En cierta manera en la búsqueda, la acción prevalece sobre la meditación, cosa para nada conforme con las escuelas de pensamiento oriental que estamos acostumbrados. Se vive en el mundo y se actúa en el mundo, deseándolo cambiarlo de acuerdo a una visión más cosmológica del mismo, el cual está aquí y allá al mismo tiempo. Todo ello lo determina la aceptación de la vida que llevamos como una oportunidad para mejorarla y transformarla, en función de lo que queramos alcanzar en el transcurso de la misma. Por ello nuestra vida ha de ser vivida con coraje y alegría. La búsqueda impone en cierta manera que cuando cada uno de nosotros regresa de la misma, ha de contar lo que ha visto y percibido a lo largo de “sus aventuras y tribulaciones”. No todos los buscadores/as habrán visto, oído y experimentado lo mismo y por tanto la experiencia individual enriquece a la colectividad, sintiéndose que la responsabilidad del grupo entero queda comprometida en la acción individual de cada uno de sus miembros, de forma solidaria, tanto en los fracasos como en los éxitos.
Así por ejemplo el espíritu humano realiza una búsqueda de lo transcendental, pero al buscarlo el individuo se busca a sí mismo y contribuye con sus experiencias al legado de la comunidad. Ese es el verdadero sentido de la búsqueda. Cuando hablamos del transcendental, nos referimos a algo inmediatamente superior que está presente en todos los aspectos de la Naturaleza y de nuestro Universo y que conlleva que la persona pueda comunicarse directamente con lo mismo/a, sin necesidad de intermediarios, ritualizaciones o credos religiosos. De hecho, la creencia en las fuerzas de la Naturaleza y la divinización de la misma, no es más que originalmente una forma de acercar esta creencia mediante la personificación de las diversas manifestaciones, en forma de deidades vinculadas con el mundo natural y que precisamente por el sentido de su simbolismo, sigue siendo creencia dentro de diversas personas seguidoras del concepto Ecland. Ello nos lleva a la conclusión de que las personas no necesitamos ninguna salvación, tal como han postulado diversas religiones a lo largo de la historia, sino que nosotros mismos irradiamos luz y lo que necesitamos es la libertad para enfrentarnos a la vida, con coraje y honor, siendo por ello responsables de nuestros actos -lo que hacemos tiene su repercusión en la eternidad y regresa en nuestra propia vida a nosotros- Igualmente no necesitamos a nadie para comunicarnos con nuestros propios ancestros -a los cuales estamos conectados a igual que a la vez serán parte de nuestros descendientes, por lo que es un sistema propio, comprendido dentro de un sistema más amplio- o con nuestras propias divinidades o dioses superiores; no es más que un reflejo de lo anteriormente citado… y siempre desde una relación de hermandad y armonía, no de sometimiento y esclavitud. Puede que nuestras propias creencias religiosas se basen en divinidades ambivalentes, pero en si las mismas son reflejo de las fuerzas de la naturaleza y el Universo, están unidas ante el caos y la destrucción. Gracias a este equilibrio, podemos centrarnos exclusivamente en la acción que nos conducirá al camino de nuestra búsqueda.
Como colofón y a manera de ejemplo, existen elementos que nos permiten probar y reforzar la visión Ecland en su contexto determinado…estos son los cuentos populares locales, los rituales de origen pagano extendidos entre la sociedad rural del lugar, las tradiciones locales, los hallazgos arqueológicos que nos acercan al sistema metafísico de los antiguos pobladores del territorio, etc…es en ello donde encontramos las formas de pensamiento y memoria ancestral que enlazan con el pensamiento “Ecland”…
