Los mitos, las leyendas y todo el compendio folclórico de un pueblo es una forma de comunicación con un alto contenido de enfoque sistémico, aunque acorde a su función, muchísimo menos rígido que las formas geométricas, las cuales presentan no solamente un concepto universalista basado en patrones de tipo matemático y en sus mismas formas, sino que a la vez reproduce diversos patrones que se dan en la naturaleza y que de alguna manera nos transmite el mensaje consciente de que también la Tierra es un ser vivo, dotado de una inteligencia y por tanto con todo los sistemas propios que denotan una inteligencia, a pesar de que en un principio no podamos medirlo en base a nuestros propios patrones de observación. En las próximas líneas intentaré acercar esta idea, basándonos en las enseñanzas Ecland y su repercusión a la hora de descodificar el mensaje, traducirlo y poder asimilarlo desde nuestra percepción como seres humanos y como conjunto de nuestra civilización.
Desde que los seres humanos miramos al cielo y en el transcurso de miles de años, nuestro satélite -la Luna- nos ha asombrado, sobrecogido he inspirado en infinidad de ámbitos, algunos de carácter práctico para nuestra propia supervivencia, como la aplicación de las fases de la Luna en la Agricultura. Incluso en nuestra civilización y hoy en día la siembra se sigue haciendo en función de las fases de la Luna, que constituyen el primer y primitivo calendario o referencia para medir un parámetro abstracto como es el tiempo.

Por término general -dependiendo de nuestra latitud y longitud en el planeta y nuestro ecosistema local- la siembra se realiza cerca de la Luna nueva, a fin de favorecer el crecimiento de las plantas. No obstante las diferentes tradicionales rurales no solo se relacionan con la siembra de semillas, sino con aspectos como cuando y como hemos de recoger un fruto o una hoja determinada -por ejemplo si recolectamos manzanas silvestres, en mi tradición es mejor cogerlas con Luna Nueva si es para almacenarlas, ya que aguantan más sin pudrirse…hecho que podéis comprobarlo vosotros mismos- Visto desde la Tierra, nuestro satélite es el cuerpo astronómico más cercano, que se desplaza a mayor rapidez y recorre el plano zodiacal en 27’32 días…

Si ejercitamos aspectos que hemos visto en anteriores capítulos -por ejemplo la observación o el interés arqueológico y folclórico de determinados enclaves- observamos que muchos megalitos parecen tener una clara orientación lunar; por tanto solamente tenemos que realizar un sencillo ejercicio, el cual consiste en anotar en un período determinado la salida y puesta del Sol y la Luna con respecto al enclave en cuestión y veremos que en la práctica totalidad de casos, funcionan como verdaderos hitos astronómicos, a la vez que veremos que presentan diversas alineaciones con respecto a otros centros, a lo largo de nuestro experimento -si este lo ampliamos a toda una estación por ejemplo, veremos todavía más alineaciones, como si de un ovillo se tratase y que en la tradición Ecland se ha transmitido como las “línies del Drac” -líneas del Dragón-
Todo ello nos lleva a ver que los constructores de los mismos utilizaron un patrón especifico de medición que en algunos casos ha sido transmitido de forma oral por diversas tradiciones y en otros gracias a los indicios y restos arqueológicos que podemos ver, se confirma ese patrón de medición, con lo que la hipótesis del azar desaparece por ensalmo. Igualmente y gracias a los trabajos de un Ingeniero británico, en la década de 1950 -Alexander Thom- hoy sabemos que ese patrón correspondía a una unidad tomada de los pasos de ser humano, concretamente de 82,96 cm (+/-0,61 cm) que él lo traspaso a una unidad específica -2,72 pies (+/-) 0,02 pies que el denomino “yarda megalítica” y que asombrosamente coincide con la tradición oral de la sabiduría Ecland, que efectivamente tomaba como referencia un paso humano de 80/81 cm aproximadamente, sin que Thom, ni las/los “endevinaries” de la zona, hubieran tenido nunca contacto alguno entre ellos o de sus conocimientos. A esa unidad de medida el mencionado Thom le dio el nombre de “yarda megalítica” y “pulgada megalítica” a la fracción correspondiente a la cuarentava parte de dicha unidad. Tanto la unidad de Thom, como la transmitida por la sabiduría Ecland -en este caso dentro de todo un compendio de tradiciones, rituales e historias, cuya finalidad es explicar la existencia de dichos megalíticos, quién los construyo, su posible utilización y su utilización para según que prácticas por los Ecland y descendientes- podemos apreciar dos propiedades diferentes, las cuales legitimaran que una tradición y una hipótesis, se convierta en un hecho… estas propiedades son las siguientes:
- Tiene un origen basado en fundamentos y hechos probados con la experimentación, por parte de diferentes personas y lugares repartidos por donde se extendió la cultura megalítica, coincidiendo los datos recogidos entre los mismos estudiosos, sin que los mismos se conozcan y en ocasiones, con una distancia temporal generacional entre los mism@s.
- Existe un patrón que facilita su reproducción por parte de personas sin una formación específica técnica, fuera del arte de construcción en sí y la percepción aplicada a la ubicación de las mismas. Únicamente conociendo el patrón integrado de mediación y la ubicación geográfica del lugar, con respecto a la Tierra en sí y a la bóveda celeste, es posible crear uno de esos hitos e interconectarlo con el resto de los centros existentes.
Como consecuencia de ello tenemos que la “yarda megalítica” es una unidad geodésica, con una relación numérica absoluta de la circunferencia polar de nuestro planeta, teniendo como referencia un círculo -primera imagen sagrada de nuestros ancestros más remotos- dividido en 366 º -en lugar de 360º que es la circunferencia que utilizamos hoy en día- Eso no es una división escogida al azar o como respuesta a un patrón esotérico de una civilización o pueblo olvidado, sino que si observemos nuestro propio Sistema Solar, la órbita de la Tierra alrededor del Sol realiza 366 rotaciones…. Pero además si nos preguntamos cuantos días tiene un año, inmediatamente contestaremos 365 días. Sin embargo, es una verdad a medias y explicaré por qué…

Un año tiene 365 días sin nos basamos en el patrón actual, el cual a su vez se referencia en el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta completa al Sol; pero no es lo mismo esa vuelta alrededor del Sol, que el número de rotaciones que da la Tierra sobre sí misma. EL patrón escogido está basado en el tiempo que el Sol está en su cenit en los días sucesivos – 86.400 segundos- pero en la rotación “real” de la Tierra – ”Día Sideral”- hay una demora de 236 segundos que al cabo del año, el conjunto de esos seguros demorados dan un día completo de 24 horas. Luego el “año sideral” tiene 366 días y es más exacto y real con respecto al patrón imperante…. Este fenómeno es perfectamente demostrable por parte de cualquier observador: solamente hay que observar la trayectoria de una estrella y su regreso al mismo punto del firmamento, con dos noches consecutivas.
Siguiendo esta tónica encontramos que el círculo de la Tierra está dividido en 366 partes o grados de 60′ por grado y 60» por minuto. Al ser nuestro planeta casi esférico, pero con un ligero achatamiento en los polos, la circunferencia ecuatorial es más larga que la polar; no obstante al analizar esta nos depara la siguiente sorpresa: nos da en función de la fuente de la medición una longitud que oscila entre 40.006 Km y 40.010 Km -a excepción de la NASA que la cifra en 39.941 Km- Actualmente se coge como patrón válido el patrón medio fijado en 40.008 Km. Si tomamos este valor central como referencia y la aplicamos a la “yarda megalítica” nos da un valor de 48.221.838 yardas megalíticas -a partir de ahora “ym”- y esta a su vez nos da los siguientes valores absolutos y coincidentes…
- Circunferencia polar: 48.221.838 ym
- 1º (1/366): 131.754 ym
- 1′ (1/60): 2.196 ym
- 1» (1/6): 366 ym
Conclusión: el sistema de mediación megalítico es más exacto y denota un conocimiento profundo de la circunferencia de la Tierra, conocimiento que apenas hemos podido alcanzar hasta bien entrado el siglo XX. Es un sistema geométrico de carácter geodésico que empieza con 366 grados y termina con segundos de arco, que miden 366 ym de longitud. Además es la base de otros sistemas de medición, de otras civilizaciones conocidas coetáneas y/o posteriores y más complejas.
Pero no solo encontramos que esta medida es exclusivamente geodésica, sino que si tomamos de referencia el radio de nuestro satélite -según la NASA de 1.738.10 Km y lo transformamos a ym, nos da la cifra de 13.162.900 ym. Si posteriormente dividimos la circunferencia en 366 grados, 60 minutos y 60 segundos de arco, encontramos que cada segundo del arco lunar equivale a 100 ym. En cuanto a nuestro Sol -el astro rey- es 400 veces más grande que nuestra Luna, por lo que un segundo de su arco de circunferencia tiene encajadas perfectamente 40.000 ym.

Además, al utilizar este patrón e indagar, vemos que nos da unos resultados asombrosos que nos hacen pensar que los patrones de nuestro Sistema Solar no están fijados por azar y que hasta cierto punto denotan una cierta inteligencia que escapa a nuestro conocimiento actual -sirviendo solamente para confirmar una parte de realidad tangible en diversas leyendas de carácter muy antiguo y de diferentes culturas humanas- Es la implicación del sistema Tierra-Luna-Sol en la relación con la unidad de medida mencionada y como base de toda geometría sagrada. Por ejemplo, si multiplicamos la circunferencia de la Luna por la de la Tierra, nos da un resultado de 436,669 expresado en Km, que equivale a la circunferencia del Sol, con una exactitud de prácticamente el 99%… Si en cambio dividimos la circunferencia Solar por la de la Luna y el resultado lo multiplicamos por 100, nos da la circunferencia polar terrestre… y si dividimos el tamaño del Sol por el de la Tierra y multiplicamos por 100 nos dará el tamaño de la Luna…
Otros aspectos que vienen a confirmar esta visión es que el período sideral de rotación de la Luna es de 655,728 horas o lo que es lo mismo… 27,322 días terrestres… dado que la circunferencia ecuatorial de la Luna es de 10.920,8 Km, la velocidad de rotación de la Luna en su ecuador es igual a 400 Km X día terrestre…. Conclusiones matemáticas…. diversas, pero vienen a darnos estos datos que también constituyen el patrón de base de la geometría sagrada, una vez trasladada en la unidad de medida real (ym):
- Tamaño de la Luna con respecto al Sol: 1/400
- Cercanía de la Luna a la Tierra con respecto al Sol: 400 veces más cerca
- Velocidad de rotación de la Luna con respecto a la Tierra: 400 Km X día terrestres
Al aplicar la ym -recordemos, división del círculo en 366º, el Grado en 60 ‘ y el minuto en 6º – nos da un segundo del arco de la circunferencia polar terrestre equivale a 366 ym. Aplicando dichos principios a los planetas y lunas de nuestro Sistema Solar, solamente el Sol y la Luna nos da como resultados números enteros. Así por ejemplo el Sol tiene una circunferencia -según la NASA- de 4.373.096 Km que al convertirlo en ym nos da los siguientes valores:
- Circunferencia Solar: 5.270.913.968 ym
- Un grado: 40.404 ym
- Un minuto: 240.023 ym
- Un segundo: 40.003,80 ym
La Luna se le asigna un valor de su circunferencia de 10.914, 50 Km según la NASA; al convertirlo a Ym nos da los siguientes resultados:
- Circunferencia Lunar: 13.155,300 ym
- Un grado: 35.943 ym
- Un minuto: 599 ym
- Un segundo 99,83 ym
… y al utilizar el cálculo del radio ecuatorial el resultado es de 99,9 ym por cada segundo lunar de su arco.
Al aplicar los mismos principios a la relación Tierra-Luna -siempre como año sideral, es decir de estrella fija a estrella fija, o sea 366 días terrestres- nos da unos resultados muy cercanos a la relación de tamaños de los dos astros, incluso si cogemos como patrón las rotaciones terrestres sobre su eje -366,259 veces en cada órbita Solar- Así tenemos los siguientes resultados:
| Rotaciones dela Tierra en su órbita | Tamaño % de la circunferencia Polar | |
| Tierra | 366, 259 (ym) | 27,31 |
| Luna | 27,396 (rotaciones Tierra) | 366,175 |
Al final y como conclusión, el mensaje matemático codificado que encontramos es el siguiente -que por otro lado insisto que constituye la base de la geometría sagrada de la filosofía que nos ocupa y probablemente de todos lo sistemas geométricos sagrados de las diferentes culturas humanas-
- Rotaciones de un año terrestre: 366 días
- Ym en un segundo megalítico del arco terrestre: 366
- Relación porcentual de tamaños de la Tierra & Luna: 366 %
- Relación tamaño Sol & Luna: 400
- Fracción de la distancia Tierra & Sol que separa la Luna de la Tierra: 1/400
- Ym en un segundo del arco Solar: 40.000
- Km que gira la Tierra cada día alrededor de su eje: 40.000
- Días comprendidos en 366 órbitas lunares: 10.000
- Ym en 1 segundo del arco Lunar: 100
- % de velocidad de rotación de la Tierra con respecto a la Luna: 400
- Relación diámetro Sol & Tierra: 109,28
- Cantidad de veces que el diámetro terrestre cabe en el Sol: 109,25
- Cantidad de veces que el diámetro Solar cabe en el afelio dela órbita terrestre: 109,26
- Días siderales en una órbita Lunar: 27,322 (27,322 x 4 = 109,2)
- Relación porcentual de tamaños Tierra & Luna: 27,322 %
- Tamaño de la Luna expresado en Km: 10.920,8 Km
Y ello nos lleva a que la geometría sagrada tiene una base científica muy avanzada que apenas podemos entender como nuestros ancestros pudieran llegar a esas conclusiones, excepto que en algún período remoto hubiera habido una civilización muy avanzada y que nos dejó todo este legado tras su desaparición transmitiéndose dicha información mediante diversos canales que con el transcurso de las generaciones fueron relegadas a canales cada vez más primarios, perdiéndose y desvirtuándose una parte importante del mensaje y a la vez adulterándose por el uso que se dio por parte de los depositarios de dicho conocimiento, sacralizando la misma en aras a los intereses de los mismos en diversas civilizaciones humanas. En otros ámbitos se dio el hecho de trasmitirlo de forma oral y horizontal a las personas interesadas en una determinada comunidad, pero obviamente olvidando lo que realmente significaba el mensaje…simplemente se intuía un conocimiento en el mismo que no se sabía interpretar, pero que constituía algo de especial relevancia…
desconocida por la ciencia de nuestra civilización, pero también tenemos una dimensión más humana que no responde a teorías de ninguna clase, ni a aspectos ocultos de nuestra psique… responde a la extrapolación por parte de nuestra mente, de las pautas implícitas que conlleva la naturaleza con respecto a diversos sentidos -tanto materiales como espirituales y de los sentidos- y nuestra interacción con el entorno natural y la energía del Universo que intereactúa en nuestro espacio & tiempo. La formación de materia y los movimientos naturales del Universo, generan diversas frecuencias vibratorias, junto con los movimientos de planetas y estrellas, con los movimientos telúricos de nuestro propio planeta y con los ritmos de crecimiento de las formas de vida orgánicas… todo ello gobernado por geométricas dotadas de vibración y fuerza. Como la geometría “sagrada” no deja de ser la plasmación de la geometría de la misma naturaleza, obviamente tuvo una importancia transcendental para sacerdotes, chamanes y constructores de templos y edificaciones sagradas, los cuales deseaban codificar las ratios de la creación en sus estructuras, reflejar el Universo en la Tierra, crear microcosmos en macrocosmos -el concepto de arriba y abajo o de Este y Oeste como inversión del otro mundo- De esta forma el lugar sagrado podía transformarse en la puerta de entrada al funcionamiento i interacción de la Naturaleza, tanto en el mundo exterior de la materia, como en el mundo interior de la conciencia… un punto de integración entre Naturaleza y Ser Humano en donde los dioses se expresaban por medio de la matemática, las proporciones y las sensaciones, representando las fuerzas que actúan en el Universo, tanto en el interior como en el exterior.
El poder de la naturaleza expresado mediante la geometría sagrada, es tal que solamente necesitamos el compás y la regla para manifestarla, teniendo relación directa con la proporción y la ratio y no con la numerología y la medición cuantitativa que nos transmiten los números; de hecho, el número no deja de ser en sus orígenes una expresión de la geometría, convirtiéndose después en otro método matemático y otra forma de pensar diferente…

Al tomar las figuras geométricas primarias -el círculo, el triángulo y posteriormente el cuadrado- observamos en primer lugar que todas las figuras geométricas que conocemos pueden sacarse de las mismas, dando origen a todas las formas geométricas de expresión… Si analizamos al detalle las mismas, encontramos que algunas de las formas primarias contienen un mensaje que, con pequeñas modificaciones, se han perpetuado en todas las culturas humanas desde tiempos remotos….
El círculo representa la integridad, sin tener principio o fin…siendo eterno por su propia naturaleza…. Ancestralmente el hecho de trazar un círculo simbolizaba la creación de un orden a partir del caos primigenio y fuero los griegos de la mano de Pitágoras y las escuelas filosóficas basadas en las enseñanzas de Pitágoras, que le dieron el valor π, ρi. Por ejemplo, si asignamos un valor de 1 a la circunferencia de un círculo, su valor equivale a 3,141593. La extensión de un círculo se calcula multiplicando el radio por π o por la mitad de su circunferencia….

El cuadrado ancestralmente a representado la Tierra y lo material, lo palpable, lo creado… la relación de un cuadrado con su diagonal, nos da un número un tanto “irracional”. Así por ejemplo la diagonal de un cuadrado con el lado “1” nos dará un valor de 1:4142, que es la raíz cuadrada de dos (√2) Cuando esto se toma de un arco, permitiendo que el cuadrado se extienda en una dirección se forma un rectángulo de raíz dos. A su vez la diagonal de este produce un rectángulo de raíz tres y así sucesivamente en rectángulos de raíz… -la figura geométrica del cuadrado no deja de ser en esencia un rectángulo de raíz 1- Cuando finalmente creamos un rectángulo de raíz 4 este a su vez se convierte en un cuadrado doble, permitiendo extender la diagonal del mismo hasta convertirlo en un rectángulo de raíz 5 que tiene una relación directa con la denominada “Media Aúrea” presente en muchas iglesias y ermitas cristianas que jalonan el llamado “Camino de Santiago” y es una de las claves tradicionales de la construcción en la denominada “geometría sagrada”. Un rectángulo “aureo” tiene la propiedad de que un cuadrado que se saque del mismo, deja un rectángulo “aureo” más pequeño, repitiéndose el proceso hasta el infinito… Y precisamente a partir de esta propiedad se produce en la naturaleza la imagen de la espiral -por ejemplo, en la concha del Nautilus o de diversos caracoles de mar- conociéndose como “espiral logaritmica” o de “crecimiento”. La misma figura -aparte de guardar una relación directa con nuestra propia galaxia- puede generarse a partir de triángulos aúreos y rectángulos de raíz….
El pentágono es otra figura que guarda una relación directa con la Medida Aúrea y presente en muchos ámbitos de la naturaleza, entre ellos el propio cuerpo humano -por ejemplo, en las proporciones del hombre de Vitubrio -dibujado por Leonardo da Vinci en el Renacimiento- , en diversas flores de nuestro paisaje o en los cristales que forman los copos de nieve. Por consiguiente, los templos que fueron creados basándose en la Medida Aurea y las medidas pentagonales, pretende integrar el ser humano en el Cosmos, confirmando que dicha medida es una medida sistémica. Al buscar la analogía numérica vinculada, encontramos que la proporción Aúrea de la Serie Fibonacci -de procedencia árabe y que Fibonacci la utilizo para llamar la atención a los Europeos del siglo XII- se compone de una serie de números que son resultado de la suma de los dos que lo proceden – 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, etc…- También esta relación la encontramos en la Naturaleza en diversas pautas de formas y de crecimiento vegetal -como por ejemplo la distribución de las semillas de Girasol en su flor-

Parecida relación nace del círculo denominado “Vesica piscis” que produce dos círculos iguales y coincidentes, con la circunferencia de uno de ellos pasando por el otro.

Es una figura que está muy relacionada con el esoterismo cristiano, siendo uno de los símbolos por excelencia de los primeros cristianos que con el devenir de los tiempos y ya entrada la Edad Media, se convirtió en una parte esencial de la geometría sagrada cristiana, tal como atestiguan diferentes construcciones religiosas que jalonan el Camino de Santiago. Si nos fijamos en la misma figura, genera un hexágono de geometría séxtupla, -al igual que ocurre en la misma Naturaleza, por ejemplo, con los panales de abejas-. Así por ejemplo si nos remitimos a las bases de la mecánica natural, al manifestarse estadios de ebullición y mezcla de diferentes estados líquidos, estos tienen tendencia a manifestar formas hexagonales, al igual que ocurre en física con las denominadas “células de Bérnard” que son células hexagonales formadas por la difusión de materia en estado líquido y que se da sobre todo en l reino animal diversas plantas, árboles y algas entre otros seres vivos. Si unimos los vórtices de dichos hexágonos, nos encontramos con una figura simbólica adoptada a lo largo de la historia por diversas civilizaciones y en especial por aquellos religiones, grupos y sectas de carácter místico o mistérico: el sello de Salomón o Hexagrama, el cuál es una figura de triángulos equiláteros que se interpretan como símbolo sagrado -por ejemplo en el Judaísmo- y que hecho es un resumen de la geometría sagrada y estructuras naturales que hemos ido mencionando hasta ahora… dichos triángulos simbolizan la fusión de los elementos opuestos -tierra, agua, femenino, masculino, yin, yang, etc…- combinando en dicho proceso un círculo y un cuadrado de igual perímetro y/o circunferencia, mediante el compás y la regla -que posteriormente fueron elevados a símbolos en la iconografia cristiana tardía, para identificar a aquellas órdenes de constructores que disponían de este conocimiento, si bien de una forma oculta y hermética-

El significado que contiene la geometría sagrada no guarda relación exclusivamente con una unidad de medida o un mensaje oculto mediante dichas unidades, ni proporciones, sino que guarda otros mensajes más relacionados con el mundo sensorial con respecto a la interacción con la Naturaleza y el Cosmos… Por ejemplo, por lo poco que nos ha perdurado de las antiguas enseñanzas de las escuelas bárdicas célticas anteriores al cristianismo, sabemos que la geometría arquitectónica muestra un uso musical, como si fuese “música inmovilizada”, con una longitud de onda y un tono determinado musical -que en algunas ocasiones fueron reproducidos en diversas construcciones religiosas cristianas de la Edad media, como por en el claustro del Monestir de Sant Cugat del Vallès- relacionada con la forma de actuar no visual de la misma geometría sagrada. Pitágoras descubrió que las cuerdas tensas al puntearlas, suenan en armonía cuando sus longitudes respectivas están relacionadas. Así mismo el tono de una cuerda que sea la mitad de larga que otra, será una octava -medible con un diapasón- más alta, produciendo relaciones de sonido. Este descubrimiento produzco posteriormente y en pleno Renacimiento que se crease la base de los sistemas armónicos que se dieron en esa etapa de la humanidad, desde la música a la arquitectura, pasando por las matemáticas, interpretándose el descubrimiento de Pitágoras como una revelación divina en términos de armonía Universal. No olvidemos tampoco que las escuelas Pitagóricas creían que, con el fin de adquirir el dominio de nuestro Universo, el ser humano tenía que descubrir los números que estaban ocultos en todas las cosas y reinos, ya fuese animal, mineral o vegetal, creyendo firmemente que los números eran unidades independientes que poseían ciertas dimensiones espaciales independientes, indivisibles y eternas, los cuales apuntalaban todo nuestro Universo.

A pesar de todo tanto el Renacimiento, como los redescubrientos de los Griegos, hacen referencia a un material muchísimo más antiguo y arcano, como hemos podido ver y que la sabiduría Ecland recopilo y transmitió, si bien escapándose la verdadera dimensión y significado originario; pero no obstante gracias a ello podemos ver la relación directa que guardan y que el mensaje es muchísimo más profundo y al alcance de todos, encontrándolo directamente en el paisaje de nuestro entorno… por citar un ejemplo, los principios que difundió Pitágoras los encontramos guardados en las proporciones de diversos megalitos que jalonan el Pirineo, especialmente en las cercanías del Cap de Creus, en el Pirineo Oriental.

