La ciada de las hojas otoñales y los brotes nuevos primaverales constituyen un proceso natural, que conlleva a su vez por parte del bosque, a estrategias inteligentes para sobrevivir y perpetuarse… ahora bien, como pueden saber los árboles el cambio estacional o tener una noción temporal, similar a la nuestra?
Para empezar ambas preguntas son parámetros humanos creados para calcular temporalmente la sucesión de determinados eventos…
Al observar a las hayas, vemos que la caída de la hoja y su brotación depende de la temperatura y la actividad solar del momento; así por ejemplo el proceso de rebrote se da siempre y cuando habrán cierto número de días cálidos sucesivos, interpretándolo el árbol como un cambio estacional hacia la primavera. Luego, vemos que son capaces de contar y tienen un sentido temporal y espacial, similar a la vista del reino animal.
Otro aspecto importante que nos lleva el ciclo de las estaciones de dichos árboles, es la presencia de memoria en los mismos. Vemos que las temperaturas en ascenso corresponden al inicio de la primavera, mientras que en otoño es a la inversa, es decir el descenso de las temperaturas… por lo que dichos cambios son registrados por los árboles, actuando en consecuencia. Pero no solo tienen esa capacidad, sino que son capaces de recordar la combinación de la duración del día y la temperatura de primaveras y otoños pasados. Como prueba podemos ver su adaptación al ritmo contrario del hemisferio Norte o Sur, cuando un ejemplar de cualquiera de los dos hemisferios, es trasplantado al hemisferio contrario.
Como vemos, los árboles son poseedores plenos de una concepción espacial y temporal, que una vez más se identifica con las historias de seres mágicos del folklore, los cuales a su vez nos enseñan que vienen a ser como una proyección en nuestro mundo y contexto, del espíritu vital de los miembros del reino vegetal…
Ecland Sabiduria Ancestral 